Hace poco más de un año tuve que dar el abrazo más difícil y amargo en lo que llevo de vida.
Se encontraba en una desolación total, nunca vi a ningún ser humano así, no exagero y miren que desde pequeño he visto la tragedia y la agonía de cerca. Mis brazos me temblaban bastante ante lo que le pudiera acontecer, llegué a pensar que en tal abrazo ella se desvanecería por completo.
Cabía la posibilidad de no perderla ese día, pero si al siguiente...
Ante la fatal e inminente desgracia renació la Princesa Amazona. Casi nadie tiene idea alguna sobre cómo sanó de aquello que invadió su ser y su entorno, pero lo hizo, y frente a ella hoy nos pondremos de pie para abrirle camino en su triunfal regreso a casa.
Por experiencia
Por excelencia
Por escrito...
Será un honor estar presente el día de hoy.
Tanto trabajo, tanto sufrimiento, tanto tropiezo ... fue necesario. Porque hoy sonríes. Felicidades Liliana Prince.
Jorge,
ResponderBorrarNo tengo palabras. Estoy aun sin asimilar todo el gusto que tengo y más con tu ya poesía. El abrazo desvanecido se equilibra con el abrazo de el viernes.
Y va otro, como siempre. Con cariño, admiración y respeto.
Lily