Fotografía:
La Jornada
Nacional
Por: Jorge A. Bustamante
¿Futuro posible?
Pues bien, empezamos otro sexenio. La gran diferencia entre este principio y el anterior es que lo empezamos con menos esperanzas. Creemos menos en que las cosas que afectan a las mayorías de nuestro país cambiarán en este sexenio, que lo que creímos hace seis años. Calderón no está ayudando. En términos generales su gabinete no está integrado por personas que sean conocidas por sus contribuciones a la resolución de los problemas del área bajo su encargo, sino por su membresía o cercanía ideológica con el partido político del Presidente.
No hay pues bases objetivas en las que se pudieran apoyar algunas nuevas esperanzas de que las cosas que andan mal en el país, que son muchas, pudieran cambiar. Las esperanzas, las que quedan, sólo se pueden apoyar en elementos subjetivos. Aquellos que no se encuentran en la realidad, sino sólo en las mentes de quienes quieren creer que existen.
Entre esos elementos subjetivos destaca el de la fe en Calderón. La fe en que él posee atributos y capacidades que harán la diferencia. Lo malo para el país es que ésos, cuyas esperanzas sólo están basadas en la fe en Calderón, tienden a ser los que votaron por él, o bien, contra su oponente. Ahora sabemos con datos "duros" que esos electores tienden a estar ubicados en el norte del país. No donde están ubicados los problemas más serios que están poniendo en riesgo el futuro del país, sino más bien, donde están las oportunidades.
Bajo estas premisas, querría decir que el presidente Calderón y su gabinete, que ahora gobernarán para todo el país, lo harán bajo la fe y con el apoyo de los que viven y votaron en sólo una de las dos mitades del país. No en la mitad donde están los problemas más amenazantes, sino en la mitad donde, más bien, están las oportunidades.
Ante esta inconsistencia, cabe preguntarse, ¿los que tienen fe y votaron por Calderón, que se encuentran ubicados principalmente en el norte, se quedarían muy contentos de que Calderón y su gabinete los descuidaran o desatendieran, para poner atención y recursos a favor de quienes viven, y no votaron por Calderón, en la otra mitad del país? El supuesto que sugiere tal pregunta implicaría ignorar que parte de que el país dividiera su voto entre dos candidatos, es porque los que viven en el norte no se identifican ni son solidarios con los que viven en el sur, ni con sus problemas.
¿Qué no será que aquello que está detrás de esas faltas o ausencias tan regionalmente expresadas, es parte de las causas de que existan esas dos mitades que votaron de manera tan diferente en las elecciones presidenciales? Si esas faltas o ausencias figuran en las causas de que, en términos electorales, hayan aparecido dos Méxicos, ¿hay alguna lógica en la esperanza de que Calderón y su gabinete tengan lo que se requiere para hacer desaparecer esas diferencias?
La lógica de las elecciones presidenciales más bien apunta a la probabilidad de escenarios apuntalados en otros supuestos que, por cierto, distan mucho de ser predicciones, pues apenas llegan a hipótesis y que son las siguientes:
A) A la sociedad civil del norte que votó por Calderón le importará un comino lo que pase en el futuro de Oaxaca y apoyará el uso de la fuerza en una "pacificación" que hará palidecer a la "guerra sucia" del 68 y años siguientes.
B) La violencia de esa pacificación provocará una radicalización que incluirá el brote de grupos guerrilleros en diferentes partes de las dos mitades del país, que el gobierno se apresurará a llamar "terroristas".
C) La aparición de "terroristas" en México llamará poderosamente la atención de los medios estadounidenses e inflamará allá una nueva dimensión de xenofobia antimexicana que provocará medidas "antiterroristas" que harán vivir condiciones de "estado de sitio" a las ciudades fronterizas mexicanas.
D) El gobierno de México se verá presionado para llegar a un acuerdo bilateral, no sobre migración, sino sobre una militarización bilateral conjunta en la frontera entre los dos países.
E) Habría marchas de protesta en los dos países por la detención de personas -por lo general, de diferente partido al del gobierno- acusadas de "colaborar" con grupos terroristas, en aplicación de las leyes antiterroristas derivadas de las conocidas como "Patriot Act", que darían lugar a que, en el Congreso de Estados Unidos se le pidiera a su gobierno que obligara al de México a hacerlas aplicables en nuestro país.
F) Las marchas de protesta allá y acá, precederían a acciones violentas de estadounidenses de origen mexicano, en contra de la política militar contra México.
G) Un estado de guerra virtual contra México sería un tema principal en la campaña para las elecciones del 2008 en Estados Unidos.
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Dr. Jorge A. Bustamante,
Relator Especial de la ONU
para los Derechos Humanos de los Migrantes.