MÉXICO, D.F.(EL UNIVERSAL)
El delantero mexicano del Deportivo La Coruña, se ha ganado la titularidad a pulso, partido a partido, pero no en el "once" del técnico Miguel Ángel Lotina, sino en el equipo llamado pesadilla, el cual está integrado por los peores jugadores que militan en la Liga Española.
Pero no sólo es el mexicano, existen otros diez elementos, de diferentes nacionalidades que le acompañan en ese triste peregrinar. En esta selección fueron "convocados" aquellos futbolistas que han tenido un rendimiento menos al 10% de lo que de ellos se esperaba.
Así que debido a su poco aporte futbolístico, lo más seguro es que al terminar el torneo se marchen, a menos que durante la segunda vuelta se tomen revancha y mejoren ostensiblemente sus actuaciones.
El equipo lo integran: Kameni (portero); Konko, Heitinga, Cáceres y Marcelo (defensas); Lola, Van der Vaart, Guerrón y Lautaro Acosta (medios) y Keita y Omar Bravo (delanteros). Pero no, esta "selección" no se hizo al "vapor", sino luego de un estudio profundo.
Kameni: El camerunés remató sus desmanes con un calentón ante un aficionado.
Konko: Es una faena llegar como sustituto de Dani Alves y las lesiones le han cortado cualquier progresión.
Heitinga: Llegó como depredador del área desde el Ajax y ha resultado un fiasco.
Martín: Le ha pesado la camiseta del Barcelona. Del tío que parecía un volcán en el Recreativo sólo quedan los recuerdos.
Marcelo: Dice que le dan igual los pitos. Como defensa resulta un flan para el rival.
Lola: Pivote del Espanyol, segundo año. Hasta ahí. Cada vez juega menos.
Van der Vaart: Le quedó preciosa la foto familiar en el Bernabéu.
Luego, un par de zurdazos y hasta hoy. Está desconocido.
Guerrón: El ecuatoriano es intermitente. Se perdió entre su juego ofuscado y su carácter inflamable.
Acosta: "El Kun del Sevilla" no ha respondido aplacado por una lesión interminable.
Keita: En el verano se iba a comer el mundo. En otoño el mundo se lo ha comido a él. Lleva un gol.
Bravo: El mexicano es una víctima del sistema de Lotina de jugar con un solo delantero. Cuando juega no desentona, pero juega tan poco que es imposible atisbar en él a un discípulo de Hugo Sánchez.
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