Los primeros días después de una graduación son muy extraños, aunque cada vez suelo acostumbrarme mas a esa amarga sensación de ausencia...
Se que es algo tarde para publicar esta entada. Pero no sé cuantas ocasiones pueda repetir esta experiencia; así que mi deseo fue compartirles el discurso que brindé a la "V Generación de la Preparatoria Cuauhtémoc", mis primeros ahijados (oficialmente).
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Muchachos, hoy culmina una etapa trascendente de sus vidas, y están por emprender otra en la que se consolidarán como profesionales del área que decidan estudiar o laborar, pero aun más importante que esto, a partir de hoy… ustedes definirán el rumbo de sus vidas como seres humanos.
Hace unos días cuando comenzaba a hilvanar ideas para esta última charla, me vino a la mente una fecha que era muy importante para mí, y que año con año recordaba…. (bueno, tan importante era que la olvidé je,je,je). Bien, Un viernes tres de julio de 1999, yo me encontraba en el lugar en el que hoy están todos ustedes…“graduándome de la preparatoria”, y posiblemente, en esa etapa (que en mi experiencia personal, fue de transición y a su vez es la que más he disfrutado en lo que llevo de vida); yo me hice decenas de ocasiones esta pregunta: ¿Dónde y cómo me veo en diez años?...
Mi Dios es grande chicos, y me permitió años después ejercer mi profesión en el área docente, con jóvenes que necesitan ir más allá de las cuestiones académicas para formarlos integralmente. Día con día intentamos brindarles argumentos para que ustedes enfrenten un mundo en el que cada vez es más difícil sobrevivir.
Diez años después, el mismo día y hasta probablemente la misma hora… me siento muy honrado por el respeto, estima y en muchos de los casos del cariño que me ha demostrado este grupo, el 601.
Diez años después me doy cuenta que posiblemente no he superado la etapa de preparatoriano, y es por eso que me dedico a esta profesión tan noble, en la que siempre procuraré que los estudiantes aprendan y disfruten tanto de esto como yo lo hice… créanme vale la pena el intento.
Nunca tendré una varita mágica que funcione como en los cuentos de hadas, y creo que ninguna de todas las personas que hoy nos acompañan tiene la fórmula perfecta para tener una vida lo suficientemente placentera y productiva…. Así que desde mi humilde perspectiva de vida, yo les recomiendo lo siguiente:
Jóvenes, sean perseverantes. Están por ocurrirles un sin fin de sucesos y pruebas de vida, que pueden interrumpir sus proyectos, y en cada una de esas interrupciones y pruebas, ustedes tienen la responsabilidad de quererse a sí mismos y no quitar ni dejar de lado sus objetivos de vida…. ante nada.
Considero que la clave tanto para ingresar, así como finalizar una carrera profesional (que es lo que naturalmente hoy ocupa la mayoría de sus mentes), no está en el tiempo en que tardan en ingresar y egresar de la universidad, su éxito debe radicar en el “¿cómo lo hicieron y cómo la terminaron? ¿Cuánto empeño les costó?… cuando lleguen al momento de la resolución de esas preguntas, se darán cuenta que valió la pena el esfuerzo… repito, sean perseverantes.
Pero, también sean honestos, sean prudentes, sean congruentes con lo que piensan y los actos que llevan a la práctica, siempre tengan dignidad, y no confundan la dignidad con el orgullo, este último NUNCA los llevará a un buen puerto. Tengan valor, no tengan miedo a equivocarse, pero también rectifiquen y ante todo, siempre intenten humildes y responsables.
Mi consejo como profesional y celoso de mi área, es que lean y se informen… no dejen de hacerlo nunca, lean mucho (desde lo más elemental, hasta lo más trascendente), recuerden que una persona sin información no está en igualdad de condiciones para elegir y exigir, porque carece de argumentos para lograrlo. Recuerden que solo un 15% de la población termina la preparatoria en este país, ustedes son privilegiados, hay que retribuir ese gran esfuerzo a sus padres, pero también intenten retribuirlo a una sociedad que carece de un trato justo, no propiciando más ignorancia.
Me cuesta mucho trabajo expresar el cariño y el agradecimiento que les tengo por este gran honor que me han otorgado, quiero decirles que son personas muy capaces, que saben encender fuego de manera independiente. Siempre recordaré que donde no parecía existir vida alguna… el grupo renacía de sus propias cenizas y se unía para sacar proyectos importantes. Hoy me propuse no mencionar nombres en público, porque seguramente comenzaré a ponerme melancólico.
Pero me doy cuenta que valieron la pena los desplantes, las llamadas de atención, los golpes al pizarrón y sobre todo aquellos momentos en los que muchos de ustedes me dejaron ser parte de sus vidas,… aunque en la mayoría de las ocasiones solo pude escucharles y darles un consejo.
La verdad nunca esperé haber solucionado sus problemas, mi compromiso fue haberlos hecho sentir bien cuando lo necesitaron. Con ello me siento conforme y a su vez privilegiado.
Posiblemente hoy mis palabras se las llevará el viento, y algunos años después o incluso esta misma noche, muchos de ustedes no recordaran una sola palabra de lo que mencioné esta ocasión. Así que solo voy a decirles que los quiero, y saben sin duda alguna que ustedes tienen en mi persona a un amigo.
Por último deseo finalizar con un consejo que considero muy elemental pero a su vez lleno de sabiduría (lo escuché de un maestro que nunca me dio clase, pero que profesionalmente admiro bastante); y lo mejor es que dicho consejo solo consta de dos palabras que los seres humanos muchas ocasiones olvidamos ponerlas en práctica… yo les pido que ustedes “jóvenes graduados”, que lo intenten y no se cansen de hacer esto por el resto de sus vidas:
“SEAN FELICES” …… Este es un gran día, de ustedes depende llenar su vida de grandes días.
Muchas gracias.
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