A tan solo quince días del inicio del mundial de futbol, las cosas son practicamente igual que hace cuatro procesos anteriores (solo que hoy se cuenta con un uniforme negro precioso):
Los resultados y funcionamiento del equipo son malos (tirándole a desastroso), todos amaban al técnico meses atrás ahora dicen que es el peor (y nadie se acuerda que lo mismo le pasó a Mejía Barón, Lapuente, Aguirre, Lavolpe, etc.). La prensa es voluble y cambia de opinión de de un día para otro, otros siguen debatiendo el por qué no se convocaron otros jugadores, entre más cosas.
Pero si el 11 de junio esta selección gana su partido, estas mismas personas se subirán al carro de la victoria, y si el equipo califica a la siguiente fase, el festejo suspenderá casi toda actividad; pero si se lograra algo más que se ve muy complicado... a todos ellos jamás los escucharán decir: "ME EQUIVOQUÉ".
Yo amo este deporte, pero: México no se juega el orgullo nacional ni la patria en el césped de un estadio, y si eso fuera así... ojalá nos pudriéramos por completo.
Buen día.
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