Lógica... algunas ocasiones me encantaría que no existieras, que dejaras de estar presente, que me permitieras soñar un poco más.
México... como me encantaría que escaparas de las manos siniestras en las que has depositado tu confianza y poderío como deporte, como gobierno, como nación.
Selección nacional de futbol... sueño en que algún día venzas todos tus fantasmas, que puedas ir contra tu historia, y levantar la cara... aún en la derrota.
Pero este resultado, este funcionamiento, este proceso, y la actitud reflejada en el partido de hoy son producto de todo lo anterior que he mencionado.
Es verdad, hoy se ha perdido porque como primer punto: este partido se debió evitar, y siempre estuvo en manos de Javier Aguire y sus jugadores.
Pero ¿cuándo se trabajara con seriedad?, ¿cuándo se respetará un proceso?, ¿cuándo el futbol mexicano estará fuera del control de las empresas?...
Por ahora es imposible, México como nación está secuestrado por empresas y grupos de poder que solo enriquecen sus arcas, y no trabajan hacia resultados de ningún tipo (deportivo, político, social), todo es reflejo de. El México del "ya se pudo", por el mismo de siempre (lindos spots casi electorales).
Hace unos años se ganó un mundial juvenil solo porque Dios lo permitió y porque un grupo de jóvenes se sobrepuso a entrenar en campos inadecuados para futbolistas registrados en una Federación (además de no tener apoyo), y por un trabajo mental que no hemos vuelto a ver en ningún representativo nacional (fue un equipo al que fueron a ver los directivos cuando se dieron cuenta que iba a jugar la final).
Lo rescatable de este mundial es la llama de la esperanza que encendieron algunos jugadores, la personalidad y actitud por lapsos de juego. Que si el arbitro influyó... sí, y después... fue lo mismo que ha sucedido desde 1994, y hoy mucho peor, ya que mostraron limitación mental para poder sobreponerse ante la adversidad.
Lógica... a veces me encantaría que no existieras, que me dejaras soñar un poco más.
Un México libre, libre de fantasmas, libre de todo lo demás. Queda una generación de jugadores pendiente, brillante y en deuda... para seguir soñando.
Fotografía: www.jornada.unam.mx