Este trofeo hace soñar a naciones.
Hace olvidar y perdonar.
Logra la alegría a pesar de la desgracia.
Toda esa emoción es efímera...
Pero a pesar de ello, cada país no pierde la ilusión de levantar esta Copa algún día.
Y compartir con los suyos un poco de esa alegría.
A solo noventa y nueve días del Mundial de futbol.
Grandes historias habrán de contarse.
Hambre y sueños de gloria... Sudáfrica 2010.
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