No recuerdo un Gobierno tan ocupado en festejar a la nación, o en paralizar a la nación.
Cuando no fue epidemia o "PANDEMIA" (como muchos la llamaron) con su dosis de terror; es el algarabía y el festejo, también con su ración del mismo. La oferta y la atenta invitación es: guardarse dentro de casa.
Resulta interesante, pero lo que en unas horas va a emanar de la voz de nuestro Presidente de la República es un grito que representó un levantamiento en armas, un cambio de ideología y la llegada de un nuevo orden. Hoy lo que se quiere evitar a toda costa es una repetición de lo ya visto, pero lo que en estos días navega por debajo de las aguas y en territorio de lo prohibido, algún día se convertirá en el grito o festejo de millones de mexicanos, encabezados por su Líder o Presidente, que posiblemente para ese entonces, de igual forma cuide su espalda.
Es un Bicentenario anacrónico que hemos pagado por adelantado, sacado bajo la manga, necesario, urgente y lleno de oxígeno para algunos pocos. Este es nuestro país el día de hoy, el que muchos nos atrevimos a predecir hace cuatro años (y que sinceramente no era tan difícil hacerlo).
Cuando no fue epidemia o "PANDEMIA" (como muchos la llamaron) con su dosis de terror; es el algarabía y el festejo, también con su ración del mismo. La oferta y la atenta invitación es: guardarse dentro de casa.
Resulta interesante, pero lo que en unas horas va a emanar de la voz de nuestro Presidente de la República es un grito que representó un levantamiento en armas, un cambio de ideología y la llegada de un nuevo orden. Hoy lo que se quiere evitar a toda costa es una repetición de lo ya visto, pero lo que en estos días navega por debajo de las aguas y en territorio de lo prohibido, algún día se convertirá en el grito o festejo de millones de mexicanos, encabezados por su Líder o Presidente, que posiblemente para ese entonces, de igual forma cuide su espalda.
Es un Bicentenario anacrónico que hemos pagado por adelantado, sacado bajo la manga, necesario, urgente y lleno de oxígeno para algunos pocos. Este es nuestro país el día de hoy, el que muchos nos atrevimos a predecir hace cuatro años (y que sinceramente no era tan difícil hacerlo).
¡Viva México!, con todos dentro de casa.
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