Ha pasado un año de aquella entrega. Este momento tuvo tantas emociones encontradas (no me excluyo); ese día dio inicio una marcha... la verdadera, posiblemente la más placentera, aquella donde un ser humano camina al lado de su ayuda idónea, en compañia del ser amado.
Felicidades amigos. Dios les siga bendiciendo.
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