viernes, 18 de julio de 2008

Cuando los hijos se van...


"601/Los Vengadores"
(faltan alumnos en la foto"16", eran 36)


Posiblemente nunca congeniamos del todo...


Al menos no como yo lo hubiera deseado.


Ver sus rostros hace una semana (el día de su egreso oficial de la preparatoria), me hizo pensar muchas cosas.


Cosas como el tiempo que me falto para conocerlos, e incluso el que no invertí para disfrutarlos.
Me pasó por la mente el recuerdo de cada inicio de semana donde tenía un miedo terrible por pararme enfrente de ellos, por la confrontación, por la incógnita permanente sobre como llegar a cada uno de ellos, en lo académico primordialmente, y en lo personal cuando recurrieran a mi como apoyo.


También me pasó por la mente que la culminación de esto para algunos de ellos fue un logro mayúsculo, que con o sin ayuda de externos, "ya están del otro lado"... después de tantos tropiezos académicos y personales, subrayo lo segundo; sus rostros llenos de ilusión (tangible o irreal e inalcanzable), no merecian hacerlos despertar de su sueño.


Por mi cuenta, solo me resta agradecerles a ese grupo de jóvenes, su comportamiento infernal, por retarme y hacer que aprobara mi propio examen personal, no dejando mi dependencia de Dios en esa difícil misión.


Balines, aviones pegados en el techo (vengadores), groserías, ruidos de animales (focas en específico), alumnas sexosas, fricciones cara a cara, poco interés en lo académico; pero una exacerbada unión como grupo,... son algunas cosas que han dejado.


Gracias a Dios, porque ellos han permitido gran parte de mi formación como docente... debido a que difícilmente me podré encontrar en el camino a otro grupo de esta manufactura, que me ponga a prueba todos los días (a ese grado,... aunque no es conveniente decir "nunca"). Y la verdad, si ese grupo existiera .... ya me siento apto para casi todo.


Gracias 601, por formarme, por retarme, e incluso a varios de ellos gracias por su amistad y admiración mutua.


No había pensado escribir esto pero, ... los extraño mucho "Vengadores".


Ahora entiendo los sinsabores de la docencia.


Es algo parecido al sentimiento de un padre.

Que no sabe que será de sus hijos cuando vuelan solos y sin guía (y lo digo en el sentido estricto de la palabra).
En verdad es muy raro este sentir, una extraña mezcla de todo... en ocasiones quisiera ser como un Médico ...

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