lunes, 24 de enero de 2011

Los códigos de comunicación y conducta han sido transformados


Es increíble todo lo que han logrado las redes sociales, y Facebook como un fenómeno aparte.

Me llama la atención, me inquieta, me provoca y hasta cierto punto me causa temor ese monstruo al que las personas le están otorgando un valor absoluto en sus vidas.


"Me interesa tu comentario en mi foto, quiero que tu perfil diga tu estado sentimental, no me interesa tanto tu presencia en mi cumpleaños... pero tu publicación ese día si, ¿¡por qué no publicaste que estabas enfermo, o por qué no leí que en un post sobre tu tristeza!?, no fui a tu fiesta porque no salí etiquetado en la imagen, no me enteré del funeral porque el/ella no publicó nada, ¿por qué no aparezco en tu perfil como tu amigo, hermano, tío, primo, novio, amante, perro, o desconocido?, no tengo vida social si los demás no pueden verla en fotografías, si no tienes Facebook no eres nadie".


No sabemos aun su alcance, parece ser que 500 millones de usuarios no son la cúspide, además que las cifras jamás han sido el objetivo principal de su creador. Pero en medida en que las personas pasan el tiempo usando dicho medio, se van convirtiendo en seres consientes de su incapacidad para negarle algo y mucho menos mentirle a esta red social.


Nadie es tan lejano y distante, todos somos igual de importante para todos, esa es la gran carnada. "Igualdad"... Buen día.

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